¡Hola Familia!

Os tenía un poco abandonados y es que por suerte he tenido mucho trabajo últimamente. Quizás por eso el post de hoy sea un poco diferente a todo lo que he hecho hasta ahora. Normalmente me gusta compartir con vosotros, noticias, novedades, casos curiosos y modestamente ayudaros a entender un poco mejor todo lo relacionado con el mundo del derecho y en especial el derecho de Familia, que como sabéis me apasiona.

Sin embargo hoy, solo me apetece compartir con vosotros algo muy personal. No sé si será por el momento personal y profesional que estoy viviendo, pero HOY quiero ser más consciente de todo lo que me rodea. La noticia del fallecimiento de Pablo Ráez no ha hecho sino potenciar todos esos sentimientos.  Es increíble cómo pese a la situación que tenía, amaba la vida por encima de todo, y luchaba y defendía el valor de las pequeñas cosas. Mi admiración máxima por él y por su forma de ver la vida. Ojala todos fuéramos un poquito como él…

¿No creéis que parecemos hamsters en una rueda que girar sin cesar? Nos pasamos el dia preocupados por todo. Preocupados por el trabajo, el dinero, las cosas materiales….Buscamos tener más y más, ser mejores cada día, ganar más dinero, comprar más, y no digo que no esté bien, no digo que vivíamos confomormandonos con todo, pero me pregunto ¿a qué precio? ¿Merece la pena esa lucha por tener más y más? ¿Qué nos perdemos en el camino?

Sé que esto ya lo habéis oído antes y yo también. Pero creo que es hora de hacerlo nuestro y aplicarlo. Pienso que todos somos muy afortunados por tener un nuevo día cada mañana para disfrutarlo al máximo. Somos afortunados de poder VIVIR, con mayúsculas.

En mi trabajo como Abogada de Familia, trato a diario con familias y personas que sufren porque están pasando por una situación muy complicada tanto en lo personal como en lo económico. Los sentimientos están a flor de piel y la tristeza, la ira, el resentimiento, el odio y a veces las ganas de venganza les invade. Tanto que a menudo olvidan lo que les unió, lo que les hizo formar una familia, lo que les llevó hasta allí y en vez de parar, se meten en esa rueda de hámster y no quieren ver lo que les rodea. Y entonces surgen conflictos por cosas totalmente nimias y materiales. He visto a parejas discutir por un cuadro o un jarron, sin pararse a pensar en el daño que este conflicto generaba en su hijo de 5 años,  hasta llegar a un procedimiento contencioso porque detrás de todo esto había odio, rentimiento y venganza. Aquí es donde uno se pregunta ¿Merece la pena? ¿No merece la pena intentar dialogar, buscar soluciones? ¿Todo vale? ¿No es ese hijo lo mas importante?

Siempre digo y lo mantengo que una ruptura matrimonial o sentimental es una OPORTUNIDAD, de crecimiento, de superación de otras experiencias.  Y lo mejor de todo es que lo he comprobado. Llevo mas de 15 años como abogada y no hay mejor regalo que ver como tus clientes después de un tiempo te llaman y te dicen que están felices que han rehecho su vida y que han aprovechado esa segunda oportunidad que les da la vida.

Por eso Familia, VIVID, a tope, al máximo, y….. si os apetece……. contádmelo.

Un abrazo enorme