¡Hola Familia!

Os suena, ¿verdad?…..si no os suena sois extraterrestres jejeje  😉 Os confesaré que se me ha venido a la cabeza cuando una clienta que quiere divorciarse y me ha dicho que “nunca se va a ir de su casa, bajo ningún concepto”. Es una realidad diaria. Queremos separarnos, tenemos una casa familiar y unos hijos. La convivencia resulta insoportable pero, ¿Quién se va de casa?

Es difícil tomar la decisión, muy difícil, pero necesaria. No solo por rebajar la tensión entre los adultos, sino sobre todo y por encima de todo, por los hijos. A menudo se les subestima, se piensa que no oyen, que no se enteran y no es así. Conviven en los mejores casos con las malas caras, los silencios y la falta de cariño, y en los peores casos con los insultos, los gritos y una tensión permanente y todo esto pasa factura en su desarrollo emocional, autoestima y bienestar. Por eso, a mi modo de ver, NUNCA debe mantenerse una convivencia cuando una pareja ha decidido separarse, lo haya decidido uno solo o haya sido consensuado.

A menudo escucho: “vete tú de casa que eres el o la que quiere separarse”. Creo que no se trata de eso. Igual que una pareja por el bien de sus hijos ha intentado ponerse de acuerdo a que Colegio les llevaban, que actividades deportivas iban a desarrollar, el lugar de vacaciones, siempre mirando por el bienestar de los menores, ahora no tiene que ser diferente. Ya no son pareja, pero siguen siendo padres y siguen teniendo esa responsabilidad de buscar lo que sea mejor para ellos, no para los adultos. Por eso, habría que pararse a pensar: ¿donde podría ir a vivir cada uno?. Quizás uno de ellos tiene una casa heredada que puede ocupar transitoriamente, o tiene más capacidad económica que el otro para irse de alquiler, o puede compartir piso con un familiar, sea el padre o la madre. Lo importante es que haya distancia física, aunque la relación sea estupenda. Es fundamental tomar distancia, para desde la tranquilidad, construir.

Muchas personas se aferran a la vivienda familiar pensando que pierden derechos si se van o que incluso pueden incurrir en “abandono de hogar”. No es así. Si los progenitores son propietarios de la vivienda comprada en gananciales durante el matrimonio o tienen el 50% en pleno dominio lo seguirán siendo usen o no la casa. El derecho de propiedad no se extingue por no hacer un uso de el. En cuanto al abandono de hogar, solo se produce cuando uno de los progenitores abandona la vivienda, a su pareja y a sus hijos dejándoles en desamparo y sin recursos económicos, algo que normalmente no ocurre, ya que los padres suelen trabajar los dos y tener independencia económica. No obstante hay que analizar caso por caso.

En este caso, como en todo, es imprescindible estar bien informado y no prolongar innecesariamente situaciones dolorosas, incomodas y perjudiciales sobre todo para los menores. Por eso, del “barco de chanquete” en mi opinión…..hay que moverse, de forma meditada, acordada, sin reproches y velando por el interés de los hijos…¿Estás de acuerdo? Si no lo estas o has pasado por esta experiencia o simplemente te apetece compartir algo..…cuéntanoslo! Seguro que aprendemos todos. 🙂

¡¡Muchas gracias por estar ahí Y COMPARTIR!!